Mi experiencia como voluntaria de Fundación ONCE

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ELENA LANCHEROS BELLO
 
Voluntariado
España
 
Publicado el 18/5/2022

ELENA LANCHEROS BELLO

 La pandemia me trajo el regalo de acercarme al voluntariado.


Inicialmente, con acompañamiento telefónicos a personas de diferentes partes de España, viviendo situaciones realmente humanas, de risas, de llantos… compartiendo alegrías, compartiendo sueños y compartiendo penas.


Di un paso más y participé en entrega de víveres a familias con dificultades económicas y no sé qué me emocionaba más, si la energía y la entrega de mis compañeros, o las sonrisas y cara de esperanza de las personas a quienes llevábamos gramos de ilusión.


En los últimos meses me vinculé también en acompañamientos en eventos deportivos, en el Wanda Metropolitano y, una vez más, aprendí verdaderas lecciones de vida al ver cómo, nuestros beneficiarios disfrutaban del evento y cómo celebraban un gol o sufrían porque su equipo perdía.


De ahí pasé también a acompañar a las personas con movilidad reducida que acuden a los conciertos en el WiZinK Center y, de nuevo, me volví a sentir afortunada por poder compartir mi tiempo con personas que disfrutan del ritmo de Malú, de Fito, de Maluma… y que me trasmiten su agradecimiento a través de su sonrisa.


Y todas estas experiencias han hecho que mi corazón esté lleno de alegría y esperanza.


He vivido momentos duros, no todo es fácil, como cuando la Fundación de la Ambulancia del Deseo trajo desde Alicante a Madrid a un aficionado del Atleti enfermo de ELA y cuyo último deseo era, precisamente, poder ver un partido de su equipo del alma.


Pero, aún en este duro momento, los padres del joven me volvieron a dar una nueva lección de esperanza que aprendí al ver la entereza de esa madre que no hacía más que darnos las gracias a los voluntarios que estábamos allí y repetirnos que cuando su hijo ya no estuviera, se haría también voluntaria.


Es curioso que cuando esa madre agradecía mi apoyo, no sabía que quien me estaba apoyando eran ella a mí.


Por todo esto, solo puedo dar las gracias a Fundación ONCE