Cuando uno tiene que hablar de la experiencia sobre una actividad, son muchas las emociones que la rodean porque es difícil de explicar en unas pocas palabras todo lo que recibes a cambio de realizarla.

Al hablar de la experiencia con Davyd, este niño Ucraniano que se encuentra en el CAR de Pozuelo, no solo hay que hablar de él, hay que tener en cuenta la situación en que se encuentra toda la familia, porque en este caso, a diferencia de otros, nos encontramos que tanto Davyd, como su hermana y su madre se encuentran lejos de la seguridad que les puede ofrecer su hogar, han tenido que dejar atrás no solo la vida que conocían, el presente que tenían, y el futuro que les esperaba, han tenido que dejar un país donde se han quedado su esposo, padre, hijo y hermano, sin saber cuándo podrán volver y qué se encontrarán a la vuelta. Es una situación tan injusta como difícil de llevar.

Es por esto por lo que esta actividad es tan especial para los voluntarios que la estamos realizando, porque creo que no solo hablo de mi experiencia, estoy seguro de que el resto de los voluntarios que la están realizando tienen sensaciones parecidas a las mías.

Davyd es un niño que a pesar de su situación clínica está lleno de amor, no solo por lo que el da, que es mucho, también por el que recibe de parte de su familia que se vuelca con él, desde su madre que está continuamente pendiente de él con palabras cariñosas y gestos hacia el niño que, aunque él no pueda verlo, estoy seguro de que lo siente por la sonrisa y felicidad que proyecta a cada palabra que le dirige su madre, así como la atención y amor que le da también su hermana de tan solo 10 años.

Davyd, es un niño de 7 años encantador a pesar de su situación, es bueno, tranquilo, y responde con gestos agradecidos como pueda ser una sonrisa, carcajada u otro gesto a la atención que le das, que estoy seguro que es su forma de agradecer que pases tiempo con él, por lo que estoy agradecido a su madre por dejarme cuidar de su niño, porque todos sabemos lo importante que son los hijos para sus padres, y confiar en una persona que no solo no conoces si no que tampoco te une ni tan siquiera el idioma, es digno de agradecer a esta madre coraje por su fuerza y voluntad.

Estoy seguro de que mi experiencia con Davyd me ha proporcionado más a mí que el apoyo que yo les haya podido prestar, no solo por la fuerza de este niño y su familia, por la esperanza y alegría que proyectan a pesar de todas las adversidades, en ellos he encontrado lo importante que es el amor, la unión, la esperanza y confianza en pensar que mañana va a ser mejor que hoy.

Gracias Davyd por dejarme pasar estos ratos contigo y tu familia, y si no pasamos más momentos juntos es porque al final tu situación clínica ha mejorado tanto que ya no necesitas que te acompañemos más.