Cuando Javier y yo nos unimos al Servicio de Voluntariado de Fundación ONCE sabíamos que era una excelente ocasión para proporcionar apoyo a personas con discapacidad (al igual que nosotros) que presentasen mayores necesidades de movilidad en espacios de ocio y cultura.
Pero cuando decidimos ser la familia educadora de OLIVA, Futura Perro Guía de la ONCE, y que desde el principio de nuestra convivencia debía participar de todas las actividades en las que nos involucrásemos, todavía fue mejor.
OLIVA nos ayuda a ser más conscientes de que dedicar un poco de nuestro tiempo a otras personas, como hace ella con su absoluta entrega, en sí mismo ya es un aprendizaje y una recompensa.
Por cierto, aprovecho esta ocasión para agradecer a Javier, Lucía, Nieves y Sidmou, el equipo de Fundación ONCE que trabaja día a día porque todo y todos/as estemos bien, su ilusión se palpa en cada una de sus llamadas y mensajes.
Y a los/as posibles lectores/as, unirse a este proyecto es una oportunidad insuperable de intercambio de experiencias, ¡te esperamos!