Paula Báñez, una niña con leucemia de Almonte (Huelva), está a punto de cumplir 12 años y ya ha recibido su primer regalo de cumpleaños: una nueva vida.
Lleva 32 días aislada junto a su madre en una habitación del ala de pediatría del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, donde acaba de ser sometida a un trasplante de médula.
Esmeralda, su madre, no se ha separado de ella ni un momento desde que el pasado mes de noviembre le diagnosticaron una leucemia. “He tenido que ‘aparcar’ a mi otro hijo de 14 años con su padre y otras veces con sus abuelos”, asegura esta almonteña en una entrevista a Servimedia.
Un donante anónimo de médula le ha salvado la vida. “Es el mejor regalo de cumpleaños que jamás tendrá”, afirma con contundencia Esmeralda desde la habitación de aislamiento, una especie de pecera, donde continúa aleteando esta pequeña Dory, una niña olvidadiza a la que una enfermera muy especial de su centro de referencia, el Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva le puso, debido a sus constantes olvidos, este nombre. “Tienes memoria de pez, Paula, te voy a llamar Dory”, recuerda Ángela.
Cuenta su madre que desde el minuto uno la conexión entre la sanitaria y la peque fue “mágica”. “A Paula tenerla de amiga le ha hecho muy bien. Contaba los días hasta que le tocaba el turno a ella y pasaba por su habitación”, explica Esmeralda. "En cierto modo, suavizó las sesiones de quimio, las hizo más llevaderas”. “Fíjate sí es especial la amistad que se ha creado que Ángela, que tiene nombre de lo que es, un autentico ángel, va a ser su madrina de confirmación”. Es sin duda, una más de la familia. ´
Por su parte, la joven enfermera ha ganado en estas simbiosis marina porque ha vuelto a experimentar qué significa ser una niña junto a su ‘Dory’. “Yo entraba a su habitación y a mí se me ocurren cosas muy locas y decía pues vamos a hacer hoy guerra de las Galaxias, otro día toca jugar al vóley con una gasa y una pelota”, relata Ángela Feria. “Cuando tú estás ahí te das cuenta de que esa niña enferma puede ser tu hermana o algún familiar tuyo y te preguntas qué puedo hacer yo por esa persona para hacerla feliz”.
En la dura batalla contra la enfermedad, los padres de Paula llegaron a un punto de no retorno. No encontraban ni parientes ni allegados compatibles con la menor. Fue entonces cuando Ángela les propuso un plan. “Los días pasaban y, aunque la niña estaba bien, les dije a los padres que si no difundíamos el caso sería muy difícil encontrar a un donante compatible”, relata la sanitaria. Entonces tomó la iniciativa de poner en marcha una campaña de concienciación para encontrar un donante: ‘Sigue Nadando Dory’, un movimiento "con el que todo el mundo se ha volcado”.
Ángela Feria es, sin duda, una enfermera diferente. Desde que conoció a Paula Báñez en la planta de pediatría del Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva, donde ella trabaja, están irremediablemente conectadas, como los peces Nemo y Dory de la película de Disney. Esta circunstancia explica el origen del nombre de la efectiva campaña ‘Sigue Nadando Dory’ en redes sociales a través de un perfil de Instagram que la enfermera diseñó con el objetivo de encontrar un donante compatible para Paula.
La madre de la niña se muestra encantada con esta relación que resulta terapéutica y sanadora. De hecho, los resultados de la iniciativa han sido tan positivos que “han aumentado muchísimo las donaciones de médula en la región”, afirma Ángela. “Antes en Huelva se mandaban muestras una vez a la semana, pero a partir de este movimiento se están enviando muestras todos los días porque se ha incrementado la afluencia de donaciones”, asegura emocionada la enfermera.
La persistencia de Dory, que no ha dejado de nadar (luchar) contra la enfermedad, ha dado sus frutos. Así lo anunciaba la familia este pasado 28 de junio en las redes y lo compartía con todos sus seguidores, probablemente entre ellos, la persona que desde el anonimato les había hecho el mayor de los regalos.
AISLADA, PERO NO SOLA